NOMBRE: Julia
PROFESIÓN: Profesora de inglés en la escuela secundaria
AÑOS DE TRAYECTORIA: Muchos, aunque compaginados con muchas otras cosas más.
LINKS: Podeis ver un poco del trabajo que hago en grupo en https://www.facebook.com/Amar-Bahira-871992099579530/?fref=ts
PREGUNTAS
1. ¿Qué te atrajo de la danza oriental? / ¿Cómo fueron tus inicios?
Debo decir que soy una persona inquieta y he probado muchos tipos de disciplinas, pero en ninguna he durado porque siempre he querido probar cosas nuevas.
La primera vez que tuve contacto con esta danza fue gracias a una amiga, que se había apuntado a un curso con Nuria Gallego llamado “Infusión”. Le hizo gracia el nombre y quería que yo fuera con ella. Este curso era realmente danza oriental fusionada con otras disciplinas. La que más trabajamos fue la danza contemporánea. Lo más gracioso es el hecho de que yo realmente estaba buscando profesora de flamenco.
Al final resultó que mi amiga se dejó el curso a medias y fui yo quien lo terminó. Y no sólo eso, sino que seguí y seguí hasta el día de hoy. Estuve un tiempo compaginando mis clases con Nuria Gallego y Nuar Nair y, ahora mismo, compagino mis clases con Sara Guirado y Ana Síscar. Cada una me enriquece de diferente manera. Me encanta ver los diferentes estilos y formas de ver la danza que tiene cada una. No debemos cerrarnos a un único estilo o una única forma de enseñar, de igual modo que no debemos cerrarnos a ver el mundo de una única manera.
2. ¿Qué te aporta o te ha aportado?
La danza oriental llegó a mi vida en un momento en que no me encontraba nada cómoda con mi cuerpo. Así que aprendí a tener conciencia de él y a sentirme a gusto gracias a la danza. Descubrí todo un mundo alrededor de mis compañeras, nuevas amistades con ganas de compartir vivencias, mujeres con personalidades y cuerpos totalmente diferentes a mí, pero al mismo tiempo teníamos intereses en común.
Así el sentimiento de amor a esta danza fue arraigando, igual que la comunidad femenina que se creó en su día en mi entorno. Ese momento de mi vida fue muy bonito. Debo dar las gracias a Nuar Nair, que fue la creadora de esa atmósfera mágica cuando creó el Ballet de su escuela.
Desde entonces, han cambiado muchas cosas porque ha pasado ya mucho tiempo y todo sigue su curso. A día de hoy, la danza sigue aportando muchas cosas positivas y bonitas en mi vida. Y sigo evolucionando como persona y como bailarina.
3. ¿Qué estilo/registro es con el que te sientes más cómoda?
El folklore, sin duda. Me encanta. Pero claro, yo he realizado cursos de danzas étnicas, de danza española, de sevillanas.... Estaba claro que el lado más popular de una cultura es lo mío.
4. ¿Cuál es tu tema favorito?
Creo que Enta Omri es LA canción por excelencia, aunque hay clásicos, como Leylet Hob, que también me gustan.
Sin embargo, hay dos canciones que me levantan el ánimo siempre que las escucho: “Sidi Mansour” y “El Leila”. Las llevo en el coche y siempre le doy a “repetir canción”.
5. En qué punto crees que está la danza oriental, a nivel profesional, a nivel social, a nivel cultural, etc.
A nivel socio-cultural, al menos en España, se ha perdido bastante el interés. Tuvo su punto álgido con Shakira, quien es sólo un producto comercial, y ahora es difícil ver bailarinas de danza oriental en eventos de diferente índole. Resulta difícil disfrutar de las bailarinas y bailarines hasta en una tradicional cabalgata de moros y cristianos. La danza contemporánea se ha impuesto aquí, por ejemplo. Ya ni hablemos de la rara posibilidad de ver un buen espectáculo de danza oriental en un teatro. Pocas se han atrevido a llevarlo a cabo. Es demasiado trabajo para tan pobre recompensa. Un olé por esas directoras y coreógrafas que han sido valientes y han llevado a cabo un proyecto de ese tipo.
Eso me causa pena, porque la danza oriental aporta muchas cosas beneficiosas a nuestra vida: es muy beneficiosa para la salud en general y para la mujer, además de venir de una cultura que también ha estado presente en nuestro propio país a lo largo de la historia. En cierto modo, forma parte de nuestro bagaje cultural. Y se ha tratado como una moda pasajera, ajena a nosotros, basada en estereotipos (todavía se sigue pensando en España que es un baile erótico... menudo país avanzado y luego nos quejamos de nuestros vecinos).
Afortunadamente, dentro de este pequeño círculo, veo que hay un buen panorama internacional, grandes bailarines de la antigua escuela que tienen mucho que enseñarnos todavía, y grandes bailarines europeos que demuestran que la danza, como todo, evoluciona. Así que no dejaremos de aprender de esta danza si así lo queremos. Es un círculo reducido pero que quienes estamos dentro de él queremos que continúe vivo.
6. ¿Qué cualidades son para ti imprescindibles en un gran bailarín/maestro?
Para mí, el bailarín y el maestro deben compartir una cosa: el amor por lo que hacen. Y de ahí ya cada uno o una debe tener unas cualidades diferentes. Un buen bailarín no tiene por qué ser un buen profesor o vice versa. O puede ser ambos, por supuesto.
Opino que una buena bailarina o bailarín debe conmover en primer lugar. Y me encanta la creatividad en el escenario. Virginia, Jillina, Marta Korzum, Mercedes Nieto o Amar Gamal son bailarinas muy creativas que te sorprenden continuamente, utilizando diferentes registros. Y saben conmover al público, hacernos sentir lo que ellas sienten, ponernos los pelos de punta, vaya. Mantienen una conexión única con el espectador. Me encantan Marta Korzum y Virginia especialmente en este sentido.
Por otro lado, un buen profesor o profesora debe ser paciente y saber adaptarse al nivel que tiene delante y a su ritmo. Esto es muy difícil cuando impartes un taller en un festival, por lo que tiene más mérito todavía. Por descontado, debe saber explotar las partes fuertes de la alumna o del alumno y corregir sin avergonzar sus defectos. Como profesora, es lo que hago con mis alumnos en clase. Y, por supuesto, debe tratar a todas sus alumnas y alumnos por igual, sin fomentar la competitividad, sino el cooperativismo. En el panorama internacional, Mo Gedawi, Munique Neith o Camelia of Cairo me parecen grandes maestras y maestro.
7. ¿Qué esperas de la danza oriental?
Ahora mismo espero evolucionar como bailarina. Deseo que sirva de nexo de unión con otras personas que tengan cosas nuevas que aportarme, que me enriquezcan de forma positiva y me llenen de buen rollo.
Y, naturalmente, tengo proyectos, aunque van poco a poco. En primer lugar, tengo un reto: volver a los concursos. No me hacen sentir cómoda, la verdad.
En segundo lugar, tengo muchas cosas por hacer junto a mi grupo Amar Bahira, compuesto por 8 bailarinas y amigas,Teresa, Rosana, Luisa, Patricia, Silvia, Vicen, Raquel y yo, Julia.
Soy una persona muy creativa. Siempre me ha gustado crear: crear poemas, historias, obras de teatro, coreografías para playbacks... Y ahora coreografías orientales. Y coreografío para ellas. No soy la única, que conste. Pero me hace sentir satisfecha el poder crear para mis compañeras. Así que superando
obstáculos, a veces más deprisa y a veces más despacio, seguimos adelante con nuestro proyecto de grupo.
Tengo proyectos más ambiciosos pero ya veremos si se harán o no. El tiempo dirá. Y, como soy culo de mal asiento, tengo proyectos de otra índole en la cabeza también. Así que como quien mucho aprieta poco abarca, yo despacio y a mi ritmo; y lo que lo que consiga en el mundo de la danza: bienvenido sea.
8. ¿Has visitado algún país árabe? ¿Cómo fue tu experiencia?
Sí, naturalmente. Me encanta viajar, como ya sabéis, y he visitado algunos países árabes. Comencé por Egipto (en 2006) y quedé completamente fascinada por su gente (por su historia ya había quedado fascinada previamente). Y desde entonces he tenido la suerte de visitar Marruecos, Túnez, Jordania y Turquía, esta última dos veces.
Es una cultura maravillosa, no tan diferente a la nuestra (mal que le pese a algunos españolitos). Como nosotros, los árabes son callejeros, ruidosos, familiares, jaraneros, pícaros, ... Puede que en algunos aspectos hayan involucionado (como nosotros después de la II República), pero todo seguirá su curso natural hacia adelante. Estoy segura.
9. ¿Cuál es tu mayor virtud y tu mayor defecto?
Creo que me caracterizo por dos cosas que pueden ser consideradas virtudes o defectos según quien lo sufra. En primer lugar, soy una persona extremadamente sincera. Digo lo que siento, aunque duela. Si he de decir una mentira, prefiero callar y no decir nada. Para mí es una virtud.... pero creo que no todos opinan igual.
En segundo lugar, soy una persona muy exigente y concienzuda, empezando por mí misma. Quiero ser la mejor en lo que hago. Por supuesto, no lo consigo porque no soy perfecta. Pero me sirve para no quedar por detrás. Como les digo a mis alumnos: “Estudiad para el 10 y os quedareis en el 7. Si estudiáis para el 5 os quedareis en el 3.” Pero claro, soy igual de exigente conmigo misma que con las personas a mi alrededor. Y no todo el mundo es igual que yo. Por eso, esto puede ser una virtud o un defecto.
10.Todo bailarín en algún momento tiene que lidiar con la desmotivación, ¿qué le dirías a alguien que atraviesa ese periodo?
Le diría que se planteara si la danza tiene algo que aportarle todavía, que lo reflexionara tranquilamente, tomándose un tiempo. Y luego le haría pensar en el por qué de esa desmotivación, para poder buscar una solución que le satisfaga plenamente.
La danza debe servir para sacarnos una sonrisa en la cara, para disfrutar, y no para sufrir. Si sufrimos es que algo falla, es que la danza no nos llena y es
importante conocer el motivo. A veces, es una falta de apoyo por parte de la profesora o profesor, a veces sentimos que no evolucionamos y no aprendemos como antes, a veces existe demasiada competitividad a nuestro alrededor y descubrimos un mundo de fieras donde debería haber cooperativismo, o simplemente estamos cansados porque sufrimos estrés en nuestra vida personal. Cada caso es diferente. No debemos rendirnos nunca, eso es lo que pienso. Yes, you can! Es mi lema.